Nascer De Nuevo
A menudo en la vida es fácil pasar por alto algo muy importante, ya que parece poco importante. ¿Qué tal si hay algo a que puedes fácilmente ya acceder en tu vida que te puede dar la mayor felicidad del mundo, pero lo ignoras porque todo el mundo hace lo mismo? Si mil personas ignoran a alguien que declara la verdad, influyeron en las próximas mil a hacer lo mismo. Ésta es la presión de grupo. Pero ¿qué tal si prestar atención a ése alguien te podría llevar a un profundo cumplimiento?
Pensar como un individuo es una de las cosas más difíciles de la vida. Las presiones sociales y familiares, a seguir la masa, son inmensas. Así, a veces, cuando las cosas aparentemente malas nos ocurren y nos aíslan, realmente puede ser el regalo de Dios de destino. Esto es lo que me pasó. Yo estaba jugando fútbol americano con una beca completa. De repente yo estaba gravemente herido. Esto me puso en un aislamiento extremo y una soledad, lejos de todos los “amigos” míos. Me causó evaluar a mis metas, valores, identidad y propósito.
Al mismo tiempo, alguien me dio un Testamento Nuevo. Por temor de ser burlado, empecé en secreto a leer el Evangelio de Juan. Sobre este período, mis ojos cayeron sobre tres palabras pronunciadas por Jesús y escritas en Juan 3:3. Jesús dice: “…El que no NAZCA DE NUEVO no puede ver el reino de Dios”. Fue claro para mi que esto no fue un término evangélico, “oración del pecador”, ley ni un ritual realizado cuando era bebé. Jesús lo dice y Él es Dios (Jn.14:9,10:30). Mi primer pensamiento fue que Jesús estaba declarando una cosa específica que tenía que estar hecho dentro de mí por Dios, a fin de que me vaya al cielo. Mi segundo pensamiento fue ¿cómo sucede y qué significa realmente? ¿Qué es ESPÍRITU? (también Jn.4:24) Jesús explica que el Espíritu es como EL VIENTO (Jn.3:8). Esto es lo que hace este asunto entero hermoso, maravilloso y aventurero en lugar de aburrido, obligado o superficial.
Jesús fue la primera persona definir el término “el mundo” como malvado (Jn.1:10,7:7,15:19,18:36/Mc.8:36). Así yo comencé a cuestionar este mundo. Dios dice que pertenece al maligno (Luc.4:6/Jn.12:31/1Jn.5:19).¿Qué significa esto prácticamente para mi vida? Lo qué hace que algo sea muy crucial es ¿quién es la persona que lo dijo y a que se refiere? Cuando leía la vida de Jesús, quedó claro que Él se demostró tener la máxima autoridad sobre todo (Mt.7:29,28:18). Cada palabra y acción Suya era directamente de Dios (Jn.8:28,12:49). Debido a Su compasión y sabiduría profunda que ejemplificó en tratar con prostitutas hasta políticos, Su Carácter inspira respeto (Jn.8+18/Mt.23). No temía a nadie. Ni siquiera a soldados bestiales ni funcionarios corruptos. Claramente fue impulsado por coraje y por una muy definida visión y misión.
Durante un período de varios meses empecé a contemplar seriamente el propósito y la relevancia de Jesús. Lo que más me agarró fue que Él declaró que la relevancia de Sus palabras, vida y muerte y resurrección inminente no eran simplemente para aquellos que vivieron en Su época. Más bien Sus palabras revelaron TODO acerca de TODO para TODO el mundo en TODA época. Esta comprensión me llevó a la importancia crucial de lo que dijo Jesús, que debo ser “nacido de arriba”. Obviamente esto es algo espiritual. Aclaró que Él no estaba hablando de volver al vientre de la madre. Empecé a esperar, pedir y hablar con Jesús acerca de nacer de nuevo.
Las Escrituras explican que nuestro primer nacimiento fue en una humanidad del pecado. Todo lo que hacemos está impulsado por el egoísmo. Nada de lo que hacemos nunca pueda agradar a Dios (Rm.3:10/Jer.17:9). Tú y yo tenemos una necesidad terrible de redención. El pecado no es algo que cometemos o no cometemos. No podemos corregir nuestros pecados o errores para entonces definir y hacer algo que decimos es “bueno”. Una persona no tiene en su núcleo el poder de cambiar a sí mismo. Puede actuar moral en no maldecir, abstenerse de los vicios y no lastimar a otros, pero las raíces de orgullo y rebelión quedan igual. Ir a una “iglesia” y aprender a hablar de Jesús no cambia nada en la esencia de nuestro ser (Rm.3:20,Gál.2:16).
Esta es la razón para que Jesús dice que tenemos que nacer otra vez. Había el primer Adán que corrompió a la raza humana porque corrompió a sí mismo dando la espalda a su Creador. Su pecado está transmitido a nosotros en nuestro cuerpo, por la misma sangre nuestra. Ahora, Cristo se hizo el segundo Adán (1Cor.15:45). Jesús, de cierto sentido, terminó con el destino final de la raza humana por dejar que Su Padre ejecutara Su santa ira contra la naturaleza pecaminosa que Jesús cargó en Si mismo en la cruz. Llevaba en Su cuerpo nuestra sangre pecaminosa junto con Su sangre perfecta. A través de Su resurrección, Jesús intercambió con el Padre Su sangre por nuestra sangre. Se convirtió en el Mediador quien proporcionó la reconciliación por el pecado entre los hombres y Dios (1Tim.2:5/Rm.5/1Pd.2:20).
Al resucitar, Jesús creó una nueva vida, en la cual tenemos que nacer de nuevo (1Pd.1:3,23). En este momento no entiendes todo esto, requiere tiempo.
Para mí, todo culminó cuando estaba sentado en el estadio de fútbol de la Universidad de Notre Dame. Decidí dar mi vida para seguir a Jesús, pase lo que pase. No quería tener algún remordimiento al final de mi vida. No había ningún cambio físico en ése momento pero nací de arriba a una nueva naturaleza espiritual. Y cuando yo nací de nuevo... nací OTRA VEZ. Me convertí en una nueva criatura, no en un mejor ser humano (2 Cor. 5:17/Rm.6). Nadie pueda entender esto con el razonamiento humano. Exige fe. La fe es el idioma de Dios. Es el medio para relacionarte con Él y la forma en que Dios se manifiesta a un hombre (Heb.11:6).
Así, amigo mío, Alguien está de pie frente de ti. ¿Lo vas a pasar por alto porque todo el mundo lo hace? Él te está llamando. Él quiere salvarte de ti mismo y de un futuro andando la senda de la muerte que al final termina en el infierno, que es la santa justicia de un Dios Santo. Necesitas vida eterna aquí y ahora. Jesús no está muerto. Él es una Persona viva. Todo empieza en conversar con Él con tus propias palabras. No quiere tu dinero o moralidad. Quiere tu vida. No preguntes a otras personas sino al Padre. Estudia el Testamento Nuevo. Las Escrituras contienen la palabra ungida de Dios que puede revelar, por medio del Espíritu Santo, a ti, a solas, el Jesús vivo (Jn.14:26, 1Jn.2:27). Solamente encontrarás tu propósito cuando nazcas de nuevo.